Expertos en defensa advierten que la tecnología drónica occidental puede perder relevancia si no se prueba diariamente en zonas de conflicto real. El caso del dron de vigilancia Raybird, fabricado por Skyeton en asociación con Reino Unido, es ilustrativo: acumula más de 350 000 horas de vuelo en Ucrania, donde ha realizado más de 80 misiones por unidad resistiendo guerra electrónica rusa businessinsider.com.
Según Justin Hedges, ex marino británico, las compañías que no sometan sus drones a condiciones de combate perderán ventaja frente a competidores ágiles. La colaboración Reino Unido‑Ucrania permite trasladar datos del frente directamente a líneas de producción británicas, acelerando mejoras en sensores, autonomía y resistencia. Estonia y otras naciones también adaptan sus sistemas basándose en lecciones reales, consolidando una tendencia global hacia el desarrollo ágil y basado en evidencia militar directa .